Vivir el día a día es una aventura llena de sorpresas. Estuve el fin de semana en Morelia, Michoacán. Mil líderes de cinco diócesis se reunieron para “volver al primer amor” en su Congreso de Servidores. Les hablé con el corazón. El arzobispo nos animó. El Espírtu nos llenó. Dios nos abrazó. Es una región que ha sido lastimada; pero mientras algunos siembran violencia, estos héroes viven el espíritu de la bienaventuranza que declara: “Bienaventurados los constructores de la paz porque ellos tendrán la tierra por herencia”. Queda el entusiasmo, la alegría y el compromiso.