martes, 27 de octubre de 2009

Delirio

Dios:

Bajo un cielo de novilunio,
al lado del mar
había un edificio
al lado del río.
Frente a su entrada
había un mural
con una palma
de altura leve.
Debajo de ella
había una piedra
negra,
bajo la cual
respiraba
una hormiga
negra
agobiada por la deuda
externa,
en una noche
muy negra.
Recordando que
solamente
era parte
de este relato breve,
sin existir
realmente,
se durmió
plácidamente.
No sabía que,
aunque fuera
solamente
en este relato breve,
ella existía
realmente,
como la palma en el mural,
el edificio y el mar,
el cielo, el río y la piedra.

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

2 comentarios:

GUSMAR SOSA dijo...

AGOBIANTEMENTE REAL Y HERMOSO!SALUDOS.

Nazaret Espinal dijo...

Si, Dios: a veces se nos olvida... a veces sin querer-queriendo ¿escapar?