Santo Domingo nos sirve para hacer una pausa en el camino. Llegar allá es volver a una estación de servicio para inyectar "gasolina". Navidad, Año Nuevo, Epifanía, saborear cada encuentro con la familia, con los amigos, con Dios... Hablar de él con una visión diferente a la de hace unos años (cuando yo andaba por los barrios de Santo Domingo predicando el kerygma) me sirve de termómetro para ver cuánto ha evolucionado mi imagen de Dios. Tuvimos un compartir de intuiciones de Dios con un puñado de amigos. También realizamos un taller para el equipo de www.ioncorrientealterna.com sobre escritura como herramienta de comunicar la Buena Noticia. Al final nos faltó tiempo para estar con tantos amigos.
Inicio el año 2012 con un propósito: aprender a vivir sin propósitos, como las alondras del cielo y los lirios del campo... Jesús es bueno y está vivo.
1 comentario:
que hermoso lo cuentas,AMEN por eso
salu2 :)
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