Este fin de semana tenemos retiro en nuestra comunidad de Brooklyn. Me han pedido que les comparta sobre la koinonía. Esperamos que el espíritu fraterno se fortalezca aun más en esta comunidad de personas sencillas, inmigrantes en esta gran urbe.

Tan bien

Dios:

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Si un día tú dejaras de mirarme,
yo dejaría de existir,
y tú también.

Si un día tú dejaras de amarme,
yo dejaría de existir,
y tú también.

Si un día tú dejaras de pensarme,
yo dejaría de existir,
y tú también.

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Eres mi tesoro escondido
y vendo todo para comprar el terreno,
porque primero
soy tu tesoro escondido
y vendiste todo para comprar el terreno.
¡Eres el tesoro!
¡Y yo también!

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Das a cada uno según su medida,
pero en la totalidad de esa medida.
No te das por porciones,
sino totalmente.
Así, si nos dejamos
mutuamente,
lo pierdo todo
y tú también.

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Es que estoy enamorado
y tú también...
¡Y tú tan bien!

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

Tú

Dios:

Tú, mi universo,
mi Sol,
mi Tierra.

Tú, mi jardín,
mi playa,
mi montaña.

Tú, mi escuela,
mi cancha,
mi oficina.

Tú, mi camino,
mi vehículo,
mi parqueadero.

Tú, mi puerta,
mi comedor,
mi alcoba.

Tú, mi sala de estar,
mi sala de ser,
mi sala de morir.

Tú, mi tú,
nuestro tú,
el tú de todos.

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

Vía mi hermano

Dios:

Hoy te vi:
vi a mi hermano.
Es la vía hacia ti:
«Vía Mi Hermano».

No solitario,
sí solidario:
Cuando visto a mi hermano
es que he visto a Dios
desnudo.

Cuando, de mi vecino,
sea vecino,
se avecina
tu Reino
sin nudos.

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

Otra vez al aeropuerto. Nos han invitado (a mi amigo y maestro Cristian y a mí) a compartir un retiro en Aguadilla, Puerto Rico. Quieren que les hablemos de "Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha". Me gustaría decirles que "si el afligido no invoca al Señor, él también lo escucha" y "si el afligido invoca al Señor, los demás han de escucharlo". Me voy con Haití en el corazón.

Embarazado

Dios:

Ya no me siento embarazoso
cada vez que reconozco
mi embarazo:
estoy encinto de ti.
En mí vives, te mueves y existes.
¡Estás dentro de mí!

Dentro de mí,
preparas mis entrañas
con misericordia.

Estás creciendo dentro.
Empezaste como una simple simiente
implantada en mi alma
para detectar si miente
o si «verda» mi mente.

Ahora ciertos «olores»
me provocan náuseas
y se me hinchan los pies
recorriendo dolores:
llevarte dentro me pesa en mi seno.

Dentro de mí,
tu Espíritu Santo
me da saltos.

Estoy creciendo dentro.
Preñado de vida,
necesito alimentarme el doble,
por mí y por ti:
dar de comer a mis hermanos…
¡Darte a luz!

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

Tuyo... tuya

Dios:

Si
rindo
mi yo
a
ti,
ya
no
sería
mi
yo
sino
tu yo.

Mi
vida
es
tuya.
Tú ya
lo
sabes.

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

Haiku de principio y fin

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