domingo, 24 de enero de 2010

Tan bien


Dios:

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Si un día tú dejaras de mirarme,
yo dejaría de existir,
y tú también.

Si un día tú dejaras de amarme,
yo dejaría de existir,
y tú también.

Si un día tú dejaras de pensarme,
yo dejaría de existir,
y tú también.

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Eres mi tesoro escondido
y vendo todo para comprar el terreno,
porque primero
soy tu tesoro escondido
y vendiste todo para comprar el terreno.
¡Eres el tesoro!
¡Y yo también!

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Das a cada uno según su medida,
pero en la totalidad de esa medida.
No te das por porciones,
sino totalmente.
Así, si nos dejamos
mutuamente,
lo pierdo todo
y tú también.

«Mi amado es para mí
y yo soy para mi amado».

Es que estoy enamorado
y tú también...
¡Y tú tan bien!

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

3 comentarios:

Carlos Torres dijo...

Este escrito me recordó algo que pensé el otro día...

Uno se cansa de decir (uno de esos tantos clichés): "Dios es la razón de mi existir" cuando realmente "Yo soy la razón de su existir"

Amor sencillo, tan difícil de entender.
Amor probado, tan fácil de ponerlo a prueba.

Nunca voy a entender por qué este Amor es tan difícil de entender.

Brisa. dijo...

Que bueno leerte Yuan.

Un abrazo.

Laura E. dijo...

"... si es sangre o tu que fluye en mi"... cualquiera se enamora de un amor así... cualquiera se enamora con el Amor.