Pasar la Semana Santa y vivir la Pascua en Santo Domingo, República Dominicana, es una experiencia única. He vuelto a orar en los sitios que marcaron mis inicios en el Camino. 30 años se dice rápido... Vivirlos ha sido un trayecto emocionante. Recordarlos ha sido revitalizante. Ya en Nueva York, continúo el trayecto, intentando descubrir nuevas veredas, más allá del asfalto.
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