Volver a México siempre es una delicia. Esta vez, el destino fue Poza Rica, para el primer EPJES: encuentro juvenil con seis diócesis de Veracruz. Como siempre, salí bendecido y amado. Hay algo misterioso que me une a los jóvenes, ¿o será Alguien misterioso? Ya vuelto a Nueva York, estuve en una comunidad de matrimonios. Les enseñé origami para una consagración mariana... Estoy pensando retomar mi pasión por el origami.
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