lunes, 29 de septiembre de 2008

Ni videncias ni evidencias

Dios:

No necesito videncias
para reclamar una audiencia
confirmando tu presencia;
tampoco evidencias
para reclamar un veredicto
refutando tu ausencia.

Mi vivencia contigo
conserva su vigencia
y es suficiente edicto
para comprobar que mi escogencia
no fue por experiencia
ni por apariencia
ni por coincidencia
ni por la exigencia
de la permanencia
del Camino
ni por la injerencia
de la urgencia
de testigos
frente a la violencia,
sino por la pura emergencia
de la conciencia
del amor de Cristo.

Amén
se-los-unos-a-los-otros.

1 comentario:

Johana dijo...

Chino, por un chin me enredas tanto el salmo ludico que esta vez casi me pierdo...