Con-tradiciones

Dios:

He recibido una tradición
que por mi parte transmito:
tu amistad no es un mito.

Tu amistad es roca inconmovible;
y, sin embargo, te conmueves por la humanidad.

Tu amistad es desinteresado;
y, sin embargo, te interesas por la humanidad.

Eres un Dios increíble,
y no hay nadie más creíble que tú.

Tu Hijo nos enseñó
la subida
al Cielo,
y su vida
fue una bajada
al encuentro de la humanidad.

Jesús es la puerta
a la Vida eterna;
y, sin embargo, su corazón no tiene puertas:
está siempre abierta
para la humanidad
alejada,
esperada.

Tú, mi guardián que nunca duerme;
y, sin embargo, vives soñando con la humanidad
humanizada,
humorizada.

Tú, de mala memoria
para recordar nuestros errores perdonados;
y, sin embargo, te acuerdas
de cada historia
de cada hijo, de cada hija,
y no “amnesias” tus inquebrantables promesas
de humanidad

revivida,

redimida.

Tú, el más libre;
y, sin embargo, prefieres tu libertad “encadenada”
a un cuerpo, a un madero,
por amor a la humanidad

enajenada,

necesitada.

Tú, el todopoderoso que todo lo puede;
y, sin embargo, no puedes dejar de amar
con corazón entrañable
a la humanidad

medicada,

mendicante.

¿Contradicciones?
Más bien: la herencia
de una historia
con-tradiciones
firmes de tu amor.

Amén
se-los-unos-a-los-otros.